2011/06/25

EL VUELO DEL FOTOGRAFO

¿CÓMO FOTOGRAFIAR LA LIBERTAD?
IVAN BENITEZ.
Ahora te toca a ti ”, indica Jokin. Son las seis de la tarde y el tiempo ha cambiado bruscamente. “Hay que darse prisa”, advierte, “fíjate en la txapela de nubes que cubre San Donato”. Iaio Arratibel se apresura a extender la vela y estirar las cuerdas de suspensión. Después, me ayuda a ajustar las cinchas. “¿Preparado? Colócate de cuclillas para despegar”, avisa, con los ojos apostados en los nubarrones. “¡Cuando te diga, corre!”, expresa ahora Jokin. Las nubes terminan por emplomar la piel verde y rocosa del valle. El viento sopla racheado. Arrecia. “No hay marcha atrás”, pienso. Jokin también lo tiene claro. Hay que despegar. Quedo a su disposición, y a la de la madre naturaleza. Quedo completamente anclado a ambos. Acoplo bien las cámaras al pecho. Levanto la cabeza. Busco la cima del San Donato. Ha entrado niebla. El biplaza de Ion Ander, que ha salido unos minutos antes, logra sortearla. Me envuelve una tensa calma al borde de esta bal- conada. Más que una fotografía, la Barranca se descubre como un cuadro. El aire lo colorea en amarillo y verde. Varios lugareños se acercan curiosos hacia nosotros, uno de ellos cachaba en mano. No se lo pueden creer. “Es como un cuento”, enarbola el del bastón, “quién nos iba a decir que veríamos volar a una persona”, ríen. A este lado del cuento, brotan las primeras dudas. “Hay que esperar”, tranquiliza Jokin, leyéndome el pensamiento, mientras termina de revisar todo el equipo: silla, paracaídas de emergencia (incorporado en la silla), y el varioaltímetro o altivariómetro (nos indica la altura que adquirimos o perdemos y a que velocidad lo hacemos). “Todo en orden”. De repente, se hincha la vela. Se expande y eleva con fuerza. Se transforma en una ola. Iaio deja de sujetarnos. “¡Despegamos!”. Una lanzada de viento nos golpea hacia atrás. En forma de tirón.“¡Corre!”, vocea Jokin, empujándose como un surfer en una tabla. “¡Corre!”, repite. Para cuando mis piernas reciben la información ya estamos en el aire. Sigo corriendo, por si acaso. La vela alcanza su máximo esplendor. Jokin controla las anillas. Se encuentran a la altura de su cabeza. Vira suavemente.“Ya puedes hacer fotos”, dice. “¿Fotos?”, olvido que llevo las cámaras. El momento me atrapa. La imagen es irreal. Mis botas no tocan suelo. Estoy de pie.No comprendo nada. Parece que estoy dentro del mismo cuadro que hace unos minutos observaba desde fuera. ¿Floto? ¿Vuelo? ¿Buceo?¿Estoy soñando? Alcanzamos los 400 metros de alto. Sigo sin hacer fotos. Me siento tan libre... Jokin me rescata de mi oración. “Estamos volando”, recuerda, “como pájaros”. Flotamos sobre un colchón de aire, y seguimos subiendo. Acariciamos los 600 metros. A nuestros pies, Iturmendi. Reacciono. Despego la cámara del pecho. Fotografío lo que puedo. ¿Cómo retratar esta paleta de sensaciones? Imposible.

2011/06/21

Mi vuelo sobre la Barranca TEXTO CARMEN REMÍREZ

Pero, ¿cómo voy a correr si aquí dentro de estos arneses y con una mochila de 20 kilos a la espalda parezco Robocop? Jokin, que va a volar conmigo (bueno, más bien yo con él) me mira serio y me dice: “Sin miedo, cuando la vela se eche hacia arriba tú aprovechas el impulso y a correr. No pares”.
Bueno, pues que no se diga. Yo, a correr, o a lo que pueda...
Miro al frente. Una ladera suave y, abajo, el corredor de la Barranca 400 metros por debajo de donde estoy aparecen, chiquitos, Bakaiku e Iturmendi. “Y, ¿cómo va, más o menos? ¿dónde aterrizamos?”. “En una finca allí abajo, tú tranquila, disfruta del vuelo”. En esas estamos cuando entra una racha de aire buena que eleva nuestro parapente... “¡¡Corre!!”, oigo, y hago el esfuerzo de mover las piernas hacia el barranco. Casi sin darme cuenta, estoy pataleando en el aire, sentada en la mochila-silla y observando unas vistas increíbles de Urbasa, del bosque y de las casitas de Bakaiku. O Iturmendi, no sé muy bien. No se me ha encogido el estómago ni nada. Me maravillan los árboles. Parece que estoy viendo una maqueta perfecta del monte en dimensiones reducidas. El viento en la cara se encarga de recordarme que de maqueta nada, que eso es volar. “¿Qué se siente?”, me pregunta Jokin. “Paz...”, digo, en mi meditación. “Estamos aquí como muy tranquilos”. Y tanto, nuestra única compañía son algunos pájaros, buitres, que nos rondan, pero lo hacen muy a su aire, como si no estuviéramos. Jokin maneja el parapente con las manos. Si tira de un lado, orienta el aparato hacia una corriente de aire. Si relaja, nos movemos en otra dirección. “Los días en los que está despejado podemos ir hasta Alsasua. O Irurtzun. Ya sabes, por cambiar de bares”, me dice Jokin. Yo llevo un walkie-talkie en mi hombro derecho. Oigo las voces de los que se han quedado arriba. “¿Qué tal va eso?”. Lo cojo y respondo: “Muy bien, muy chulo”. Amablemente, Jokin me recuerda que si no le doy al botón, nadie más que él y yo podemos escucharnos. En una segunda intentona, me comunico con éxito. Llevamos unos 15 minutos en el aire y va siendo hora de comenzar la maniobra de aterrizaje. Poco a poco, planeando, descendemos y los coches y las casas van ganando tamaño. “¿Qué tengo que hacer cuando aterricemos?”, le pregunto. “Cuando yo te diga, tú echa el culo hacia delante, saca las piernas y otra vez a correr”. Vamos cayendo tan pausadamente que casi no me entero de que ya estamos cerca del suelo. Me escurro hacia delante y echo al pie a tierra. Mi carrera se queda allí, pues sin querer acabo sentada en la finca. Tan tranquila. Por inercia, Jokin acaba junto a mí. “Corre, levanta, que estos vienen a hacernos la foto”, se ríe. Como si fuera tan fácil levantarse siendo Robocop... Por suerte, no llegan a tiempo para esa foto. Quizá la proxima vez. Eso si no aprendo antes a correr mejor.

2011/06/20

REPORTAJE PUBLICADO EN DIARIO DE NAVARRA

DIARIO DE NAVARRA
DOMINGO, 19 DE JUNIO DE 2011
Pájaros
de tela
SON UN GRUPO DE AMIGOS QUE COMPARTEN LA AFI-
CIÓN A LANZARSE DESDE LO ALTO DE URBASA, PLA-
NEAR EN PARAPENTE Y ATERRIZAR ENTRE EN ITUR-
MENDI. ÉSTA ES LA CRÓNICA DE UNA TARDE CON ELLOS.
TEXTO CARMEN REMÍREZ FOTOS IVÁN BENÍTEZ
Nada más verle entrar por la puerta, la abuela de Iaio Arratibel ya sabe qué ha estado haciendo su nieto. “Has estado volando, ¿eh?”, le regaña, cariñosa. Ella, que nació hace cien años, tiene ante el parapente una opinión doblemente controvertida. Por un lado, le fascina ver que, imitando el vuelo de los pájaros, el hombre ha conseguido elevarse por encima de montes y pueblos. Por otro, no le acaba de parecer seguro eso de que su nieto se lance desde la sierra de Urbasa y, deslizándose entre corrientes de aire, aterrice 400 o 500 metros más abajo, junto a Iturmendi. Aunque lleve 13 años haciéndolo, la mujer no acaba de acostumbrarse. “Es normal que le parezca un poco raro, sí”, admite riendo, Arratibel, mientras conduce carretera arriba hasta la loma de Bargagain, junto a la ermita de Santa Marina, en la sierra de Urbasa. Unos metros detrás de él asciende Ion Ander Larrañaga, Pat para sus amigos, con su furgoneta blanca a reventar de mochilas gigantes que combinan sillas y velas, las dos herramientas básicas del parapente. Junto a él, Jokin Aranburu, el aficionado más veterano del grupo, que inyectó la ‘droga’ de este deporte a varios de estos amigos alsasuarras. Por ejemplo, a Iaio. “Trabajábamos juntos. Un día que teníamos la tarde libre me propuso ir a volar y me animé. Desde entonces no lo he dejado”. La carretera sigue hacia arriba, hasta llegar a una pista que acercará a los parapentistas a la ermita. “Venimos a volar siempre que podemos. En cuanto tenemos un rato y las condiciones meteorológicas lo permiten, ya estamos aquí”. Generalmente, suele ser por las tardes, cuando sus trabajos les dan tregua. Se reúnen en un bar de Alsasua y miran al cielo. Así sucedió también el miércoles de esta semana. Además de Iaio, Pat y de Jokin, al grupo se sumaron varias féminas. Como Iosune Sáenz de Nanclares, alavesa, veterana en esto del parapente, que iba a estrenar silla de vuelo.
“Pruébala aquí mismo. Siéntate.
¿Qué tal?”, pregunta Pat. “De lujo”, dice ella, ansiosa por volarla.
A su lado, expectante, Nuria, una joven guipuzcoana a la que le tocó un vuelo en parapente por beber una cerveza. Va a ser su primera experiencia y parece concentrada. Una amiga la acompaña, más relajada, fotografiando las distintas caras que va poniendo Nuria. “Para ratos se iba a imaginar esto cuando se estaba bebiendo aquella cerveza en Urretxu”, comenta di vertida la amiga.

Hasta hace poco, este grupo de amigos contaba con una escuela de parapente en la zona, Baiza, pero ya no es así. Aun así, además de sus vuelos y de promociones como la del vuelo gratuito a cambio de una cerveza afortunada (la firma navarra Naparbier es uno de sus patrocinadores) , continúan con el negocio y ofrecen vuelos a particulares o cursillos de iniciación y perfeccionamiento. “¿Un deporte caro? Depende. Las sesiones del cursillo de principiante costarán entre 1. 500 y 2.000 euros. La equipación es como todo, cuanto más dinero se invierta, mejor será; pero por esa misma cantidad, 1.500, se puede obtener una equipación digna”, relata Arratibel . Sigue siendo una afición mayoritariamente masculina, de aficionados al monte.
Para rato se imaginaba Nuria que al beber aquella cerveza le iba a tocar un viaje gratuito en parapente.
 Algunas, por despedidas de soltera. “Vino una, la pobre, que nos la trajeron disfrazada de vaca. Tenía una tajada encima!!!. Había bebido sin control... Cuando llegamos al sitio para lanzarnos vimos que era imposible que volara, le sacamos un cartón y la dejamos ahí, dormida a la sombra de un haya a ver si se le pasaba...”, rememora Pat, entre risas. Al llegar arriba, la primera sensación que tiene uno al bajarse del coche es de frío. El viento despeja el leve mareo de las curvas de la carretera y apetece una chaqueta. “Botas de monte y forro. Ahí arriba no sobra nada”, asegura Jokin. De las mochilas salen las velas que luego se inflarán en el aire, a modo de una especie de caparazón. Se extiende sobre la colina y se coloca un medidor de la corriente. “Hoy tenemos las condiciones óptimas: 10-15 km/h de viento y cielo despejado”. Se atan los arneses y se coloca el casco. Nuria ve acercarse el momento de lanzarse. Jokin y Pat le tranquilizan. “Este deporte es muy seguro. El 90% de los accidentes son por culpa exclusiva del piloto. Gente que nada más empezar a volar, prueba un par de veces y se confía. O trata de hacer acrobacias arriesgadas y pierde el control ”. El rostro de Nuria no muestra que esté asimilando esta información. Continúa mirando recelosa al frente.
“No se parece al puenting o al paracaidismo; no hay un subidón de adrenalina de repente; es mucho más tranquilo”, le dice Pat.
Coge aire y parece más dispuesta a lanzarse. Lo hará acompañada de Pat, en un biplaza (para dos personas; con el monitor detrás, controlando la vela). Corren y saltan al aire, y todo parece sencillo. “Al final es dejarse mecer por las corrientes de aire, si no se arriesga, no tiene nada de complicado”. Ellos llaman arriesgarse a no saber decir que no a un salto cuando las condiciones meteorológicas no son las adecuadas. O a meterse en una corriente demasiado ‘lanzada’, en la que se deja de controlar la vela.
En Navarra se han tenido que lamentar fallecimientos de personas que practicaban parapente. El último, en mayo, un segoviano de 32 años, que quedó enganchado en un tendido de alta tensión en Eulate (Tierra Estella). “Accidentes hay, sí, como en cualquier práctica al aire libre. Pero creemos que la fama que se tiene no hace justicia a la realidad”, señala. Iaio no ha podido volar estar tarde. Tiene una fisura en un dedo, producto de una maniobra descuidada al despegar. “No vi una piedra y le di una patada”. A pesar de que no puede lanzarse al cielo, disfruta igualmente con la experiencia, y sube y baja su coche en dos ocasiones para transportar a monitores y ‘ usuarios’. No le importa. También disfruta con el vuelo de otros. “Es una sensación de paz, de tranquilidad, de estar contigo mismo, de ordenar la cabeza”, señala. Recomendable si se está contento o si se viene con preocupaciones del trabajo. “Allí arriba se respira calma. Bajas y los problemas siguen estando ahí, son los mismos. Pero tú no, porque el vuelo te ha cambiado, te ha oxigenado. Ves los líos desde otra perspectiva”. Nuria ha aterrizado y, con los pies en el suelo y el rostro relajado, asegura que se ha divertido mucho con la experiencia. Ahora toca extender de nuevo el parapente y doblarlo con cuidado, como si fuera una sábana. A la mochila, al maletero, y para arriba en la carretera. Si no cambia el tiempo, aún hay tiempo para otro vuelo. “Es dejarse mecer por las corrientes de aire; si no se arriesga no tiene nada de difícil”, asegura Larrañaga,

2011/06/13

BAIZA EGUNA. EKAINA 11 JUNIO

Gran dia el que disfrutamos este sabado.
Aqui os va un enlace con las fotos que se hicieron.
fotos
Agradeceros a tod@s l@s que participasteis e hicisteis que nos lo pasaramos tan bien!!!!!
HASTA LA PROXIMA!!!!!!

2011/06/09

ENCUENTRO DE PARAPENTES EN SAKANA.

Visto que las previsiones meteorologicas nos van a acompañar este sabado 11 de junio , aqui os detallamos el programa completo que tenemos preparado para disfrute de tod@ el/la que se acerque hasta Iturmendi.

9:30- en IL PADRINO (junto al NETTO-ALSASUA) nos iremos juntando para dar nombres de quienes  vayan a volar y se repartiran camisetas , txistorra , pate... asi mismo se distribuiran los parapentes en furgonetas para subir hacia el despegue de SANTAMARINA-URBASA .

10:30- Quienes opten por subir andando hasta el despegue se trasladaran hasta Iturmendi para comenezar la excursion (+/-400m desnivel y unos 45min de paseo).

11:00: Almuerzo tanto en el despegue (SANTAMARINA-URBASA) como en el pabellon situado a la entrada de Iturmendi , al lado del aterrizaje.
aqui teneis el croquis de los sitios.

Si el tiempo acompaña , esto es, se puede volar durante todo el dia , no pararemos para comer , con la txistorra , tocino a la brasa , fruta y demas viandas que tengamos aparte de la cerveza , que tambien alimenta....aguantaremos hasta la hora de cenar. que sera en el restaurante IL PADRINO (solo para aquell@s que previamente se hayan apuntado!!!).
Pues esto es todo , os esperamos y si teneis alguna duda mandar un mail y se os contestara . Si ya os habeis decidido a venir estaria bien que contactarais y asi nosotr@s podremos hacer una mejor prevision.
HASTA EL SABADO!!!!!!!

aqui os van los links de nuestros patrocinadores:
http://naparbier.com/
http://laketartesanos.com/
http://www.katealde.com/bienvenida.htm

2011/06/01

11 JUNIO 2011 EKAINA11

Ya se acerca la fecha del encuentro de parapentes en SAKANA.Estamos ajustando los ultimos detalles para que todo salga lo mejor posible , bueno casi todos los detalles , por que como sabeis lo de la climatologia no depende de nuestras ganas. Pero de todas formas siempre hay plan B ,  que en el fondo es igual que el plan A , PASARLO BIEN!.
Tod@ el/la que lea este blog esta invitado a pasarse por las campas que unen ITURMENDI y BAKAIKU donde tendremos montado un pequeño txiringuito y poder disfrutar (si el tiempo lo permite..) del espectaculo que es ver volar parapentes coloreando el cielo.

Tambien ofreceremos a quienes nos visiten pintxos de txistorra LAKET , cerveza NAPARBIER , pates KATEALDE y quienes se apunten al evento previo pago de 10€ (parejas 15€)  recibiran camiseta , regalos y podran disfrutar de comida o cena (otra vez , segun el tiempo) en el restaurante IL PADRINO  de ALTSASU.

Hay y habra especial recuerdo para quienes , por diferentes motivos no puedan acudir.

Pues eso , que tenemos ganas de que llegue la fecha y alli poder estar , disfutrar , compartir , reir , volar , y en definitiva GOZAR!

OS ESPERAMOS!!!!!!!