El asalto a la cara
norte del coloso del valle se hace esperar. Era lo previsto para el día de hoy
jueves 17 de abril de 2014, pero desde la mañana las previsiones no eran nada
halagüeñas. La baliza de San Miguel marcaba velocidades de viento superiores a
20km/h de media a las 08:30am y máximas de más de 30km/h. Con ese panorama, la
ardua tarea de remontar las duras rampas de Beriain (San Donato) desde Irañeta
ó desde Uharte Arakil no hacían presagiar que la recompensa a tan duro esfuerzo
se viera recompensada con el tan ansiado vuelo por encima de esas paredes
verticales de las que no quitamos ojos cuando recorremos las carreteras del
valle. El vuelo en San Donato por su cara sur se realiza con una relativa
asiduidad y recientemente tuvimos la ocasión de ver por televisión a Iñigo
Gabiria y Alex Txikon disfrutando de las majestuosas vistas de Urbasa desde esa
vertiente. Sin embargo el vuelo mirando a la Sierra de Aralar ha caído en
desuso, y no se sabe muy bien porqué. Hace ya unos años, en los comienzos del
parapente en Sakana era unos de los vuelos estrella con aquellas velas cuya
tasa de caída se asemejaba a la de un paracaídas. Ese era nuestro objetivo
inicial para hoy, pero hubo cambios sobre la marcha, cambio de cromos,
cambiamos volar por volar. Nos vemos en Santa Marina…
Al final el cambio
resulto ventajoso para todos. Para los niños que nos acompañaron, para las
acompañantes de excepción y ventajosa para los pilotos que tendrían que cargar
con sus velas hasta el alto de la Sierra.
Elegimos un
itinerario diferente para alcanzar el despegue de Santa Marina desde el pueblo
de Urdiain. Una ascensión algo más larga pero más progresiva y suave en la
inclinación de sus rampas. Muy bonita tanto en su tramo por el bosque como al
llegar a la cornisa en la parte alta de la Sierra. Esa misma en la que buscamos
la sustentación cuando queremos volara en dirección a Alsasua. Alcanzamos
nuestro objetivo sobre la 11:00 y preparamos sin demora nuestro equipos, ya que
las condiciones son ideales para el despegue con vientos de 15-20 km/h. No
queremos arriesgarnos a que se materialice la predicción que anuncia vientos
moderados a fuertes a partir de mediodía.
Alberto es el
primero en salir, al segundo intento y sin contratiempos, pone rumbo a “La
Pala”. Carlos también aborta su primer inflado y espera una tregua en la racha
entrante para comenzar su vuelo. Los primeros minutos son titubeantes y a la
vez divertidos. Es necesario pegarse a escasos 15-20 metros de la ladera para
notar el impulso del viento que haga ascender los parapentes lo suficiente para
mantener la altura.
Son muchos los
montañeros que a esa hora suben a Urbasa por los senderos que convergen en esta
zona de vuelo y nos convertimos en su improvisado centro de atención a la vez
que recuperan el aliento tras la subida. Comentarios y alguna que otra broma se
suceden a nuestro paso.
Va pasando el
tiempo entre aquí me hundo y allá me sustento. Más de una hora llevamos de
vuelo haciendo pequeñas incursiones más allá de la imponente roca en cuyo
agujero descansan los montañeros mientras disfrutan de las vistas de la parte
oeste del valle. Lo que sí parece es que el pronóstico se cumple y poco a poco
el viento es cada vez un poco más fuerte, invitando a poner rumbo al valle y
poner fin, tras 1h 15`de a nuestro vuelo del día.
Toca recogida
mientras esperamos a la mujeres y niños que bajan por la vía directa hacia
Iturmendi. Punto de reunión esa fuente que da nombre al pueblo. Breve paseo
hasta Urdiain en busca de los vehículos y rumbo al pueblo de Arruazu en cuyo
Ostatu nos espera una merecida comida en compañía de Aitor y Joana que se
animan a acompañarnos en la reposición de fuerzas.
Y hasta aquí hemos
llegado. El puente no ha hecho sino empezar y seguro que aún hay más…
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